La mayor parte del viñedo se plantó en 2012 con variedades autóctonas como Premsal Blanc, Manto Negro, Giró Ros y Callet y algunas de las internacionales más importantes como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon y Malvasia en un total de 100 ha. El proceso de viticultura se realiza siguiendo criterios estrictos, la mayoría manuales desde la poda de la vid, hasta la recolección. El clima de la zona es de carácter típicamente mediterráneo, con una temperatura media de 17º C con unos inviernos ligeramente fríos y veranos secos y muy calurosos, óptimos para la maduración del fruto, todo ello creando un “terroir” característico.
La proximidad del mar influye de manera importante. La pluviometría oscila entre los 400 y los 450 mm anuales y los valores medios de irradiación solar superan las 2.800 horas/año. El suelo está formado por rocas calizas (margas y dolomitas) que dan lugar a un suelo calizo-arcilloso, dando a la tierra unas tonalidades rojizas o blanquecinas y con un pH ligeramente alcalino. Estas características del suelo permiten un buen drenaje y esto, junto con la escasa presencia de materia orgánica y la facilidad de penetración radicular, hace que el cultivo de la vid se realice en condiciones muy buenas.